Cachitos de contadas experiencias
Mayo de 2014. Noche de jueves, húmeda y otoñal. Mientras mecho, bajitos, aquellos temas de música italiana de los ´60 y las milongas sureñas del Pampa José Larralde, despunto el viejo metejón de escribir, para compartir con mis amigos, el gusto de diseñar y construir piezas y objetos que tengan que ver con mi pasión por los palomos buchones de trabajo, y que, además, sean utilitarios, tanto en su aspecto estético como funcional. Por lo menos para mí.
En todos los casos, comienzo a garabatear sobre la primera hoja de papel que descubro al alcance de la mano, como lo solía hacer de chico, con el flamante papel de almacén en que mi vieja se traía las compras del día...
Ahora, utilizando la tecnología, continúo con los planos de construcción, para finalizar con los dibujos digitales para
poderlos visualizar. Las capturas digitales, o fotos, como más les guste, me confirman los hechos.
Desde
el año 2001, cuando recomencé esta pasión por la colombicultura, - después de
treinta y cuatro años sin palomas –, a los casi 52 años, cuando la Argentina pasaba
otro momento por demás crítico, y van… empecé a construir el palomar en mi
casa de Olivos. Era la última semana de diciembre y de otro gobierno
desastroso que se fue volando.
Fin de mes caluroso. Irritantemente caluroso.
Justamente esa tarde, para sacudirme los pensamientos nocivos, comencé a escarbar las zanjas para cimentar un sueño.
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Esquema del primer y segundo palomar y los bretes, aparte, para volar cuatro palomos |
Volver a tener un palomar
Lo venía pergeñando hacía casi un año. Todo, comenzó tiempo atrás con sueños recurrentes. Soñaba con el palomar de mi infancia y mi primer buchona azul, el overo de Pelusa, el Chocolate de Ramos, el Negro del Gallego y, por supuesto, el Canela.
Después de concluir el día de trabajo, en mi estudio de
diseño gráfico, solía mirar en el monitor, las fotos que me enviaba un nuevo amigo, Juan
Espinoza Martínez desde Jaén, hacía algo más de un mes. Las imágenes eran
las de sus buchones jiennenses, artísticamente recortados en el cielo andaluz, o posando expectantes sobre los tejados pretéritos de Jaén.
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Fotos de Jaén. Palomos de Juan Espinoza y vista desde su palomar. Bellísima imagen |
El brete por cuatro
Cuando seleccioné los primeros pichones y los quise empezar a volar, diseñé y construí cuatro bretes en línea. Los hice de madera, material que siempre me gustó para los habitáculos de mis palomas. Los hice con listones de pino, machimbre y las puertas -con sus piqueras-, de madera recuperada de un elástico de cama. Todo pintado con barniz marino. El techo de chapa galvanizada.
Los
aficionados sabemos que cuando empezamos a criar, a seleccionar y a observar
que los nuevos ejemplares no desmerecen a sus padres, incluso, algunos hasta los
superan, los espacios empiezan a faltar debido a que nos los quedamos para disfrutarlos.
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Construcción del brete de cuatro. Vistas. El Quilla y el Bati Jr. de pichón en el brete con sus plataformas desmontables. |
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Bosquejo del primer palomar y el nuevo que le adosé. |
Isologo del Club
En
el 2008, diseñamos el iso-logo del club, que no se terminó de organizar por
diferentes circunstancias. Pero llegamos a estampar en ese momento, en mi
taller de serigrafía – otra actividad que realizo – sobre buzos y remeras para
los compañeros del club… y también una tabla decorada para una "mesa matera
palomera".
Isologo del Club del Buchón Argentino de Trabajo. Implementado en buzos y remeras.
Lo utilicé para graficar la tabla para la mesa matera palomera. |
En
los finales de 2013, mi amigo Leo, comprometido aficionado a los palomos de
trabajo, rediseñó, con buen criterio, su nuevo palomar. En esta etapa me
encargó el diseño y construcción de bretes con trampas para sus ejemplares. Artículo
del blog Metido en un brete, de enero
de 2014.
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Brete para dos palomos. Plataforma con red al medio. Los palomos se vuelan uno por vez. |
Embarrarme hasta las manos
Se dio por este tiempo, en el que mi hija Sole asiste a cursos de cerámica, y viéndola trabajar, se me ocurrió hacer bebederos, tomando como base el diseño de los antiguos bebederos de terracota. Los esmaltamos, para hacerlos más fáciles de limpiar y a mi entender, más bonitos. Descubrí el placer de trabajar con el barro cerámico y de paso, el gusto de agasajar a mis ejemplares y realzar, de algún modo, su habitáculo.
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Manos a la obra. Obra terminada. Bebederos para nuestros buchones. |
Mi Ex-libris palomero
Gran orgullo es para mí que Anteo Scordamaglia, artista plástico y grabador, gran amigo, haya intervenido con su arte en el diseño de mi Ex-libris Palomero, realizado en madera. La idea es implementarlo en sucesivos objetos o elementos que tengan que ver con la afición.
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Estampa de mi Ex-libris, realizado por mi amigo artista plástico, Anteo Scordamaglia. |
Ahora, mayo 2014, me metí en otro brete. El Octobrete, como lo llamo. Me quedé sin lugar para volar los nuevos pichones y en consiguiente, estoy reemplazando los bretes horizontales por éste. También realizado en madera. Listones de pino, machimbre en la parte exterior con puertas con piquera de fenólico de 15mm., todo barnizado. Pisos, techo y bandejas de chapa galvanizada con rejilla de alambre inoxidable. Así me quedó.
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Octobrete. Dibijo digital, terminado y detalles. |